La Paz y la Unidad

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En un artículo titulado “Pulsión de muerte al desnudo”, el periodista italiano Marcos Aguinis nos recordaba hace unos años la industrialización del suicidio por parte de líderes de mentes colectivas, como Jomeini. Aguinis explica: “Un documentado estudio del analista político alemán, radicado en Hamburgo, Matthias Kuntzel acaba de suministrar informaciones que hacen erizar los pelos… Él nos recuerda que en la guerra de Irak e Irán el Ayatolá Khomeini hizo una extraña compra a Taiwan: 500.000 llaves de plástico, que debían jugar un papel motivador. Resultaba evidente que Saddam Hussein había aprovechado para atacar a su vecino mientras se contorsionaba en el difícil comienzo de la revolución islámica. La desventaja de Irán era enorme y Khomeini decidió compensarla enviando al frente a legiones de niños, muchos de los cuales sólo tenían doce años. Ordenó que a cada uno le colgaran del cuello una llave de plástico, con la que iban a abrir las puertas del paraíso. Una de las operaciones más crueles que se les asignaron fue limpiar rutas minadas por las tropas de Saddam Hussein. Los niños avanzaban en cerradas formaciones, haciéndolas explotar con sus cuerpos. Después podían ingresar, seguros, los soldados… Estos niños pertenecen a los Basiji Mostazafan (Movilización de los Oprimidos), organización creada por Khomeini… 


El Frankfurter Allgemeine publicó la orgullosa entrevista a un veterano iraní de aquella guerra, en la que contaba: Los niños destruían las minas con sus cuerpos. Era una especie de carrera entusiasta. Incluso sin órdenes de sus comandantes, cada uno quería ser el primero en explotar… Pero debemos ser justos en reconocer que antes de usar a los niños para esta masacre Khomeini había probado con burros y caballos. Pero bastó un solo estallido para que los burros y los caballos huyeran aterrorizados a campo traviesa… La táctica empleada por los Basiji en la guerra es el ataque por oleadas. Avanzan contra el enemigo en cerradas formaciones. No importa si recibirán balas, obuses, granadas o bombas, o si volarán por la explosión de una mina. Lo importante es avanzar siempre, pisar los restos de los camaradas que cayeron antes y seguir adelante, ola tras ola. Una vez que las tropas enemigas empiezan a abrirse o a decaer, entonces marchan los guardias revolucionarios. Es impresionante el testimonio de un oficial iraquí cuando confesó: Venían en densos grupos, agitando los puños. Uno puede disparar contra la primera ola de niños; después, contra la segunda. Pero llega un momento en que la pila de cadáveres amontonados te hace aullar, con ganas de tirar lejos tu arma. ¡Son seres humanos, después de todo!”. En los primeros tres años se enviaron al frente casi medio millón de niños Basiji.


Lo que nos interesa aquí es comprobar que la mente de los individuos puede socializarse al punto de incorporar una pulsión de muerte en favor del mito, y enviar a los individuos a la muerte, a la que acuden voluntariamente si el meme introducido en la mente del súbdito está blindado contra reacciones racionales (los burros, por ejemplo, se mostraban más racionales). Los Basiji hace unos siete años, en época de Mahmud Ahmadineyad eran nueve millones, lo que da idea del stock de mentes humanas dispuestas a todo, a la orden del líder. 


Pero analicemos lo contrario: la pulsión de muerte freudiana desde un punto de vista racional, que también. Entre 2006 y 2013 se recordó mucho el tema de que Irán consiguiera la bomba nuclear disponiendo, a su vez, de nueve millones de BasIji, de los cuales, por ejemplo, como dice el periodista Carlos Escudé, pueden muy bien llegar a Occidente unos 40.000 suicidas, de forma que nos encontramos de lleno con los debates que tuvieron lugar entre 1945 y 1949, época en la que EE. UU. era la única potencia que disponía de la Bomba Atómica. En la época en la que EE. UU. disponía de la bomba nuclear, se intentó poner en manos de la ONU, a través del plan Baruch, una especie de policía planetaria que vigilara el uso del uranio, pero monopolizado por EE. UU. La URSS no aceptó y ahí es donde Winston Churchill, en 1948, proponía amenazar a la Rusia de Stalin con un ataque atómico preventivo: "Las naciones occidentales tendrán muchas más probabilidades de alcanzar un arreglo duradero, sin derramamiento de sangre, si formulan sus justas exigencias mientras ellas tienen poder atómico y antes de que los comunistas rusos también lo tengan", preconizaba Churchill ante su partido. Esto se conoce con mayor precisión con la desclasificación de un memorándum del FBI, publicado en el libro “When Lions Roar”, del periodista Thomas Maier. Churchill quería presionar al senador republicano Styles Bridges para que consiguiera de Harry Truman, presidente de Estados Unidos, que produjera un holocausto nuclear sobre la URSS, idéntico al de Hiroshima y Nagasaki. 


Y aquí aparece Bertrand Russell, gran filósofo de la lógica y las matemáticas, pero, además, un pacifista radical hasta ese momento de 1945 en que, utilizando la lógica de aquellos tiempos, escribió “Humanity´s Last Chance”, donde consideraba que el desarme de EE. UU. era utópico y equivalía a una entrega inútil de su propia soberanía, pero, en cambio, sí era posible una imposición en base a la fuerza. Bertrand Russell escribió una carta a Albert Einstein, el 24 de noviembre de 1947: "Creo que la única esperanza de paz consiste en asustar a Rusia" (curiosamente, ambos, Einstein y Russell, publicaron en 1963 un manifiesto para prohibir la detonación de bombas nucleares en la atmósfera). Unos días después, el 3 de diciembre de 1947, arriesgaba aún más en un discurso: "la guerra podría ser suficientemente corta como para no traer la ruina total". Y más tarde, en otro discurso en la “Royal Empire Society”: "el mundo podría sobrevivir a la guerra resultante y emerger con un solo gobierno, tal como necesita". En marzo de 1948, Russell endurecía su posición aún más, y en una carta a Walter Marseille (psicoanalista que también defendía un gobierno mundial), Russell exclamaba: "El comunismo debe ser barrido y el gobierno mundial, establecido... No creo que los rusos cedan sin guerra", lo cual repitió en una conferencia de noviembre de 1948 en la “Westminster School”, de Londres. 


En 1949, Rusia consiguió la bomba atómica, y Russell cesó en sus proclamas para un gobierno mundial liderado por EE. UU. por la vía de amenazar al resto de países del planeta. El monstruo sólo está dormido y la solución evolucionista será ese gobierno mundial que, en palabras de Nick Bostrom, y con mayor complejidad y precisión, denomina “La Unidad”.



Un niño Basiji muerto en la guerra Iran Irak

Un niño Basiji, muerto a la orden de Khomeini, 

en la guerra de Iran e Irak www.genitronsviluppo.com

Atolón Bikini Explosión Nuclear

Explosión nuclear en las Islas Marshall, del Atolón Bikini. Años cincuenta (Foto Gobierno de EEUU)


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