Entrevista a Juan Ezequiel Morales por la presentación del libro "En busca del Ser Superior. Transontología Social"

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Fabio García, en el periódico "La Provincia", de Gran Canaria, el 13 de diciembre de 2019, ha entrevistado a Juan Ezequiel Morales, con motivo de la publicación de su último libro "En busca del Ser Superior. Transontología social"




En su libro describe el transhumanismo como algo más próximo  a nosotros de lo que pensamos

El hombre posee ciertas capacidades sobrehumanas, pero latentes. Eso es lo que demuestran los autistas que padecen el síndrome de savant, quienes poseen una competencia mental extraordinaria que incluye una memoria fotográfica inacabable, una facilidad sorprendente para aprender idiomas o hacer cálculos matemáticos al instante. Por lo tanto, tenemos talentos ocultos en nuestro cerebro que si pudiéramos activarlos nos convertiríamos en seres semi-transhumanos.


¿ Y cuál es ese ser superior al que se refiere en su obra?

Existe un ser superior, que es una consciencia social que nos domina, pero no podemos contactar con ella como individuos.


¿Es el inconsciente colectivo del que habló Carl Gustav Jung?

No es un inconsciente colectivo, sino una consciencia colectiva.


¿Y cuál es la diferencia?

Que yo doy una personalidad a lo que Jung denominó el inconsciente colectivo.


Pero eso ya lo hicieron hace muchos años Teilhard de Chardin con la teoría de la Noosfera y James Lovelock y Lynn Margulis con la hipótesis de Gaia

Es cierto, pero a diferencia de ellos yo no afirmo que la tierra sea un ser vivo con una consciencia, sino que existe un ser, o varios, que adquiere una subjetividad y que dirige la evolución de la humanidad.


¿Es algo parecido al egregor?

El egregor es un concepto más propio de la filosofía hermética que viene a representar una forma de pensamiento o mente colectiva grupal, es decir, una entidad psíquica autónoma capaz de influir en los pensamientos de un grupo determinado de personas. Pero de lo que yo hablo es de una consciencia que funciona por sí sola y posee individualidad.


Esto suena muy irracional.

¿Y qué tiene eso de malo? La razón es una herramienta más, podemos ser racionales o no, porque en realidad a la razón no la dirigimos.


¿Entonces no somos seres racionales si actuamos en grupo?

Tan solo hay que asistir a un partido de fútbol o a una ceremonia religiosa para comprobar que las personas pierden su individualidad y pasan a actuar como un enjambre.


La tecnología contribuye.

Sí, porque internet, la telefonía móvil y las miles de cámaras que nos vigilan no hacen más que acentuar esa tendencia.


¿Pero la generalización de la videovigilancia no es una reacción a la inseguridad?

Evidentemente, pero es que la sociedad se cierra sobre sí misma cuando es atacada, como si fuera una ameba. Del mismo modo que la ameba se constriñe, la sociedad vigila más a sus componentes.


Otro asunto del que habla es de los efectos de la superpoblación.

Nos hemos reproducido tanto que nos hemos convertido en una plaga, como las langostas. Esos insectos poseen el locustol, una feromona que les induce a cambiar de color, desarrollar alas, grandes músculos y buscar compañía. Mientras haya comida están tranquilas, pero cuando no, se convierten en monstruos al dispararse esa feromona, aumentando su tamaño, haciéndose gregarias y devorando diariamente hasta 50 veces su peso hasta que vuelve a haber alimento y recuperan la normalidad.


¿Cuál es el equivalente al locustol en los seres humanos?

Una luz que se nos enciende con la tecnología y que al igual que las langostas nos lleva a convertirnos en seres gregarios, con una consciencia de enjambre, transformándonos en monstruos masivos.


¿Dónde va la humanidad?

No podremos mantenernos mucho tiempo más al margen de esta extinción masiva de especies que está produciéndose, las ecuaciones de Lotka-Volterra, también conocidas como ecuaciones presa-predador se emplean para describir dinámicas de sistemas biológicos en el que interactúan dos especies, una como presa y otra como depredador. Cuando su equilibro se altera se extinguen.


¿No tiene fe en este despertar generalizado de la conciencia ecológica que estamos viviendo?

Sí, pero el problema es que hay una serie de intereses económicos que captan esa consciencia ecológica para su beneficio. Por ejemplo, cuando se alaban las virtudes del coche eléctrico se omite que funcionan con pilas de litio, que para fabricarse necesitan ácidos y muchos de esos elementos químicos conocidos como tierras raras, que produce una contaminación peor que la de un automóvil normal. Con el patinete eléctrico, está comprobado que todo el gasto que produce su producción y el hecho de tener que ir a buscarlo genera una contaminación mayor que la de un autobús.


¿Se extingue nuestra especie?

Teniendo en cuenta que somos 7.500 millones de personas y que para el 2050 rozaremos los 10.000 millones, lo lógico es que en un futuro próximo habrá una extinción masiva de la especie humana.


¿Y los supervivientes?

Si la civilización sobrevive poblarán otros planetas, pero serán superados por la inteligencia artificial.

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