Residencia de Señoritas

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En la información pública de la Fundación José Ortega y Gasset–Gregorio Marañón, se explica el origen de la Residencia de Señoritas: “Fue el primer centro oficial que fomentó en España la formación de mujeres en la enseñanza superior. Inaugurada en octubre de 1915, estuvo dirigida por la brillante pedagoga y humanista María de Maeztu hasta el verano de 1936, fecha en que cerró sus puertas tras el inesperado estallido de la Guerra Civil española”. Nació de una inspiración institucionista para coeducar a mujeres y hombres sin distinción de sexo, continuación de la ley de 1910 que permitía a las mujeres acceder a la educación superior: “La Residencia de Señoritas tuvo visitantes y conferenciantes ilustres como Marie Curie, María Montessori, Victoria Ocampo, Gabriela Mistral, Niceto Alcalá Zamora, José Ortega y Gasset, Gregorio Marañón o Miguel de Unamuno entre otros”, y contó entre sus alumnas a “María de Maeztu, Victoria Kent, María Goyri, María Zambrano, Rosa Chacel, Maruja Mallo, Delhy Tejero, María Moliner, Josefina Carabias, María Blanchard, Zenobia Camprubí, Concha Espina, o Clara Campoamor”. 


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María de Maeztu dando clases en la Residencia de Señoritas 

(Archivo del Instituto Internacional de Madrid)




La Residencia de Estudiantes, a un kilómetro de la Residencia de Señoritas, y precedente a aquélla, era otro centro intelectual de vanguardia de la preguerra civil. Por poner un ejemplo, en 1923, recibió la visita de Einstein para explicar su teoría de la relatividad. Ortega, cicerone, incluso quiso basar su perspectivismo filosófico, una especie de relativismo de la circunstancia en la que siempre trabajó, en la metáfora que ofrecía la propia ley de la relatividad, cosa que ha sido discutida por físicos e historiadores de la ciencia como J. Carlos Criado Cambón, Profesor de Física Aplicada de la Universidad de Málaga, quien indica que la contribución de Ortega a la interpretación filosófica de la ley de la relatividad la hizo en 1922, en el texto “El sentido histórico de la teoría de Einstein”, y sigue: Ortega cree que la relatividad apoya científicamente su teoría del perspectivismo de 1916, ya que para él: "la perspectiva es el orden y la forma que la realidad toma para el que la contempla. Si varía el lugar que el contemplador ocupa, varía también la perspectiva". El profesor Criado duda del entendimiento del filósofo de la ley de la relatividad, pues cuando afirma Ortega que "Galileo y Newton hicieron euclidiano el universo simplemente porque la razón lo dictaba así", ocurre al revés, dice Criado: “Einstein escoge geometrías no euclidianas porque éstas se adecuan mejor a las observaciones. La situación es completamente la opuesta”, y de hecho, sigue Criado, “el nombre de teoría de la relatividad fue accidental, y el propio Einstein lo consideró muy equívoco, ya que su teoría estaba basada en un postulado absoluto: la constancia de la velocidad de la luz para todos los sistemas de referencia”. 


Los anarquistas de la CNT, sede que Einstein visitó en su paso por Barcelona, querían también apropiarse de Einstein, y se escribía en un seminario anarquista de la época: “La ley de la relatividad física es indudablemente la avanzada de la ley de la relatividad moral, en la cual, como anarquistas, nos apoyamos para derrocar a los que, como muy bien ha especificado Einstein tienen más de estúpidos". 


Los nacionalistas catalanes asimismo lo quisieron para su causa. 


Xavier Zubiri, que sí había estudiado física y matemáticas y acudía al seminario del matemático Rey Pastor, atribuía a Einstein, a quien conoció en 1930 en Berlín, un fondo religioso. 


Los filósofos profascistas Ramiro Ledesma Ramos y Eugenio d'Ors, también se significaron por Einstein. 


Pero quince años después, en 1937, en plena guerra, Ortega se indignó con Einstein por posicionarse al lado del comunismo republicano: "Hace unos días, Alberto Einstein se ha creído con derecho a opinar sobre la guerra civil española y tomar posición ante ella. Ahora bien, Alberto Einstein usufructúa una ignorancia radical sobre lo que ha pasado en España ahora, hace siglos y siempre. El espíritu que le lleva a esa insolente intervención es el mismo que desde hace mucho tiempo viene causando el desprestigio del hombre intelectual, el cual, a su vez, hace que el mundo vaya hoy a la deriva, falto de "pouvoir spirituel"". En 1938, Einstein pidió a Estados Unidos que ayudara con armas a la República, lo que le valió ser investigado por el Comité de Actividades Antiamericanas. 


En “El exilio de 1936 y la Tercera España”, Eve Giustiniani explica con neutralidad el incidente en el que, recién ocurrido el levantamiento del 18 de Julio, acude a la Residencia de Estudiantes una delegación de la Alianza de Intelectuales Antifascistas, entre los cuales se encontraba María Zambrano, estudiante en la Residencia de Señoritas, para obligarles a firmar un texto acusatorio contra los militares sublevados, a lo cual se negó Ortega y lo sustituyó por otro manifiesto pro-republicano, pero más neutral, que también firmaron Juan Ramón Jiménez, Ramón Menéndez Pidal, Gregorio Marañón o Antonio Machado, y se publicó en ABC el 30 de julio de 1936. El diario socialista “Claridad” arremetió contra Ortega acusándole de que “su filosofía es donde se han alimentado las mentes fascistas”. La firma del manifiesto de la Alianza de Intelectuales Antifascistas hubiera significado, reveló su hijo, ser fusilado en 48 horas. En algún lado escribió Ortega que se sumió luego en su soledad intelectual para evitar el “delirio colectivo”. 


Hoy en día han vuelto algunos filósofos e intelectuales, como Fernando Savater, Mario Vargas Llosa, César Antonio Molina, Luis Alberto de Cuenca, Adela Cortina, Arcadi Espada, Carmen Posadas, Elvira Roca Barea, Borja Sémper u Óscar Tusquets, a replicar otro manifiesto apoyando la carta de Harper´s firmada por 150 intelectuales en EEUU contra el pensamiento izquierdista único, el nuevo sustituto soft del viejo comunismo. 


Menos mal que tenemos a la Comunidad Económica Europea para frenar el guerracivilismo, pues la abundancia de dinero frena la violencia latente. Para terminar, después de la Guerra Civil, la Residencia de Señoritas pasó a depender de la sección femenina de La Falange y, llegada la democracia, en 1980 paso a ser sede de la Fundación Ortega-Marañon. A ver si el recorrido histórico esta vez es de menos tiempo y vuelven la libertad de pensamiento y los librepensadores en todo su esplendor.



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